viernes, 21 de agosto de 2015

“La Dama Roja”,

El misterioso y único entierro de una mujer que vivió hace 19.000 años

Encuentran en la cueva de El Mirón, en Cantabria, los restos de una mujer de unos 35 años pintados de rojo, un tratamiento que casi nadie recibía en el Pleistoceno en Europa



Excavación de El Mirón en la campaña de 2010 cuando apareció el enterramiento. / MANUEL GONZÁLEZ MORALES

Hace 19.000 años, los humanos que vivían en Europa comenzaban a recuperarse de la etapa más dura de la última glaciación, que había cubierto de hielo buena parte del norte de Europa. Huyendo de las temperaturas extremas, muchos de aquellos humanos se habían refugiado en el sur de Europa, donde dejaron muestras de su cultura en cuevas como Altamira, en España, o Lascaux, en Francia. Las pinturas que dejaron en aquellas paredes no dejan dudas sobre la sofisticación de aquellos pueblos, pero aún se sabe muy poco sobre su estilo de vida, cómo organizaban sus sociedades o las creencias que compartían.

Cerca de Altamira, en la cueva cántabra de El Mirón se ha abierto una nueva ventana a través de la que mirar a aquella época. En esa caverna, que durante muchos años se creyó despojada del interés que pudiese haber tenido por “cazatesoros” o por la ocupación de ovejas,Manuel González Morales, de la Universidad de Cantabria, y su equipo, encontraron los restos de lo que parece una mujer muy especial. Después de explorar la cueva desde 1996, en 2010 descubrieron un gran bloque de piedra, de dos metros de largo por uno de ancho, que había caído del techo de la cueva. En él había una serie de misteriosas rayas grabadas. “Aunque es todo un poco especulativo, se veían dos líneas, que pueden ser un cuerpo esquematizado, con triángulos, asociados a vulvas que representarían a una mujer”, explica González.


Los restos se encontraron tras un bloque de piedra con rayas grabadas que podrían representar a una mujer

Detrás de ese bloque, precisamente, comenzaron a descubrir restos humanos cubiertos de una pintura rojiza. El hecho mismo de encontrar un enterramiento de una persona de aquella época ya era extraordinario. “Son muy escasos y se concentran en un periodo más antiguo a este, del gravetiense, hace más de 28.000 años”, apunta el investigador de la Universidad de Cantabria. “Después hay un periodo en el que apenas hay nada, y hace unos 19.000 años empieza a haber más, pero aún muy pocos: media docena en Francia y, hasta este, ninguno en la península Ibérica”, añade. “No se sabe que hacían con los cadáveres, y en casos muy contados los enterraban en las cuevas”, concluye.

La rareza de su entierro hace suponer que aquella mujer, que tenía entre 35 y 40 años cuando falleció, podía ser alguien especial. Por algún motivo que aún se desconoce, dejaron descomponer su cuerpo al aire libre (como sugiere el óxido de manganeso que cubre los huesos) y después, antes de enterrarlo, lo cubrieron con ocre. Esta pintura roja, hecha con óxido de hierro, que, según han desvelado los análisis, no se produjo con materiales autóctonos, es una muestra más de que aquellos humanos dedicaron un especial esfuerzo al funeral de la que se ha bautizado como “La Dama Roja”. La práctica de cubrir con tinte rojo los huesos de algunos muertos es antigua y ni siquiera es exclusiva de los Homo sapiens. De hecho, según comenta el responsable del hallazgo, la dama cántabra le debe su nombre a “La Dama de Paviland”, un esqueleto de 33.000 años de antigüedad cubierto de ocre que, finalmente, resultó haber pertenecido a un hombre.

Los cuidados especiales no libraron a la señora de sufrir algunas vicisitudes poco propias de un personaje que podría tener algo de sagrado. En algún momento tras el entierro, un perro o un lobo profanó la tumba y royó la tibia. Después, el hueso fue recuperado y se volvió a enterrar con el resto del cuerpo. Aunque el cadáver está bastante completo, faltan el cráneo y muchos huesos grandes, que probablemente fueron trasladados a otro lugar, de un modo similar al que se hacen con las reliquias en otras religiones.
Una dieta con mucha carne

La ventanita abierta en la cueva de El Mirón hacia el periodo Magdaleniense, como se conoce la época en que vivió “La Dama Roja”, también ha dejado otros detalles sobre la posible forma de vida de aquellos grupos humanos. El hallazgo de polen agrupado en el enterramiento podría significar que entre los honores que dispensaron a la difunta también se encontraban las flores. No obstante, González, tratando de ser cauto en la interpretación de los vestigios, comenta que otra posibilidad es que ese polen hubiese aparecido allí porque estuviese en el estómago de la enterrada, que habría podido consumir las flores por su valor medicinal.

Por último, el análisis del esmalte de los dientes de la mujer, el sarro acumulado en ellos y su desgaste ha permitido reconstruir cómo era su alimentación. Alrededor del 80% de su dieta la constituían animales terrestres, como el ciervo o el íbice, y en torno al 20%, peces marinos, probablemente salmón. Además, se sabe que también tenían un parte de alimentación vegetal y que comían hongos.

Para completar la información que ya se ha recopilado, y que se publicará este mes en un número especial de la revista Journal of Archaeological Science, se espera un análisis del ADN extraído de restos encontrados en la cueva de El Mirón. El responsable seráSvante Pääbo, el investigador del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania) que ya dirigió la secuenciación del genoma neandertal. Esos datos servirán para saber si, como se sospecha, estos habitantes prehistóricos del sur de Europa fueron quienes repoblaron el norte del continente cuando los hielos lo permitieron. De momento, estudios anteriores ya han mostrado que la península Ibérica sirvió de refugio a los ancestros de los salmones que ahora habitan el Mar del Norte o el Báltico.

Al Asaad, de 82 años decapitado por su labor como arqueologo

Estado Islámico decapita en Palmira a uno de los arqueólogos más respetados de Siria


Khaled al Asaad
Al Asaad era uno de los principales eruditos de antigüedades en Siria.
Khaled al Asaad era considerado uno de los eruditos de antigüedades más importantes de Siria, pero el martes, en la última atrocidad del autollamado Estado Islámico, apareció su cuerpo colgado de una de las columnas de la histórica ciudad de Palmira, de la que el arqueólogo había estado a cargo.
Al Asaad, de 82 años, fue tomado como rehén por el grupo extremista después de que éste entró a principios de año a la antigua ciudad, clasificada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
Según el director de antigüedades de Siria, Maamoun Abdulkarim, el arqueólogo fue decapitado por EI.
Desde que EI entró a Palmira en mayo surgieron temores de que los extremistas, que ya destruyeron famosos sitios arqueólogicos en Irak, demolerían las ruinas de la ciudad de 2.000 años de antigüedad, que es uno de los sitios arqueológicos más visitados de Medio Oriente.
Al Asaad era el jefe de antigüedades de Palmira y había pasado más de 40 años trabajando en el sitio, hasta que se retiró en 2003, según informa la agencia estatal de noticias de Siria SANA.
Tras su retiro trabajaba como experto en el Departamento de Antigüedades y Museos de Siria.
"Era uno de los más importantes pioneros en la arqueología siria" dijo Abdulkarim. Y agregó que EI había tratado de extraer información del arqueólogo sobre la ubicación de los tesoros del sitio, los cuales fueron escondidos para salvarlos de la destrucción de EI.
Palmira
Palmira es considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Al Asaad escribió varios libros y textos científicos, tanto como autor individual como en cooperación con otros expertos en arqueología.
Entre sus obras están "Las Escrituras de Palmira" y "Zenobia, la Reina de Palmira y el Oriente".
También descubrió varios cementerios y cuevas antiguas, entre ellos un cementerio bizantino en el jardin del Museo de Palmira, indicó SANA.

"Mal presagio"

El martes Abdulkarim indicó que la familia del experto le había dicho que Al Asaad había sido asesinado y que su cuerpo colgaba de una columna en la principal plaza de Palmira.
"Cómo imaginar que un erudito de ese nivel que dio servicios tan importantes al lugar y a la historia pudo ser decapitado", agregó el director del Departamento de Antigüedades y Museos.
"La continua presencia de estos criminales en esta ciudad es una maldición y un mal presagio (para Palmira) y cada columna y cada pieza arqueológica en ésta", dijo.
Palmira
EI tomó control de Palmira en mayo.
Cuando Palmira cayó bajo control de EI, los militantes destruyeron una estatua de un león que databa del siglo II que fue descubierta en 1975.
Esta se ubicaba en las puertas del museo de la ciudad y había sido colocada dentro de una caja de metal para protegerla del daño.
En julio, EI publicó un video en el que mostraba el asesinato de 20 soldados sirios en el anfiteatro de Palmira donde se veía a cientos de personas observando las muertes.
Los extremistas de EI, que controlan grandes áreas de Siria e Irak, tomaron la histórica ciudad de manos de las fuerzas sirias en mayo.
El grupo ha destruido ruinas antiguas en Siria e Irak pero no es claro cuánto daño ha causado en Palmira.
Según la Unesco, su destrucción sería "una enorme pérdida para la humanidad".